Porque la vida no es ningún cuento donde puedes decidir
cómo empieza ni cómo acaba.
Nací siendo títere de sus juegos, de la mano del que se cree más.
Córtame las cuerdas, quiero jugar sola, córtamelas, para poder correr.
Porque las opiniones no cuentan si no son las deseadas.
Dímelo, que asentiré y te haré eco, dejando que me golpee el suyo.
Las ilusiones siempre se acaban perdiendo.
No buscaré la justicia ya que no existe. Niégalo, miente.
Márcame el destino que no diré nada.
Porque huir tiene diferentes caminos, no quisiera equivocarme.
Por lo menos sécame las lágrimas, que ahora empapan a este títere.
Miéntele al mundo, diles que estoy bien.
Canta, canta por mí porque mi música ya no suena y entonces preguntarán.
Muñecos de porcelana, incapaces de sentir.
Escóndeme en el cajón, no me dejes salir.
No me saques a jugar por la mañana. Qué triste será no poder volver a ver el sol.
No te tengo temor, pero sí rencor.
Ahora que me has enredado las cuerdas, no puedo bailar.
Porque ya no tengo opción de nada.
Porque el embate me ha arrastrado al fin.
Sigue jugando conmigo sin dejarme existir. Juega. Llévame.
Porque detrás de la armadura fría, hay algo que grita.
Pero esta sonrisa no se borrará, no es una opción.
Porque soy tu títere, no nací para elegir, no nací para ser feliz.
