Cuando puede se deja ver;
cuando tiene fuerzas;
cuando las garras le dejan;
cuando nadie y todos la buscan.
Cuando puede, sonríe:
firme y elegante sobre el lienzo más oscuro.
Aparece y desaparece a su lado
un destello de luz que la rodea con su música;
no apta para un simple oído,
no es un silbido sencillo.
Las notas caen sobre un pentagrama dorado;
liándose entre líneas;
a veces ahogando la partitura.
Cuando la música se desangra se oculta,
cuando tiene fuerzas retumba;
retumba para darse fuerzas.
Junto a aquella sonrisa:
lunares de luz que hace mucho que murieron;
lunares de luz que hace poco volvieron a brillar
y a escuchar su música.