No me pidas el verano, cuando respiro mejor en invierno.
No me pidas llegar al sol, cuando sólo alcanzo a la luna.
No me pidas que despierte, si hoy no quiero vivir.
No me pidas que recuerde, si el ayer intento olvidar.
No me busques otra sonrisa, sólo tengo ésta, la mía.
No busques tus historias en mis ojos, sólo esconden las mías.
Escúchame si quieres, no construyas mis palabras.
No controlas mis cuerdas, yo camino por mi cuenta.
Por más fuertes que parezcan mis pies, a veces las piedras se clavan.
No me busques los errores, sin corregir los tuyos.
Si mi sombra es más baja, no la dibujes tan alta.
Si no te invito, no vengas, no necesitas más señales.
No funciono a tu ritmo, ni al de nadie.
No funciono ni al mío.
Marco diferentes tiempos en un mismo instante.
Burlo los minutos, avanzando y retrocediendo.
No te pido que me sigas, si no quieres cambiar de ruta.
No me enseñes la melodía, si no podré cantarla.
No me ajustes las manillas, que pronto romperán con tus horas.
No me pidas siete pasos, cuando sólo sé dar cuatro.
