Tendré que subir el volumen a ver si así me escuchas bien.
Sí, tú, escucha te digo.
¿O es que no me entiendes? Será porque no quieres o será que eres idiota.
Sí, eso, idiota es lo que eres.
Triste debe de ser una vida sin poder pensar por uno mismo.
Triste es tu vida que no sabes sonreír sin maldad.
Has encendido una llama que no sabes lo que puede llegar a quemar. Aún no ha llegado a ti, tranqui, lo notarás si lo hace.
¿Por qué te escondes en mi sombra? Ahí no encontrarás refugio contra las llamas, te lo aseguro.
Olvídate de poder llevar ese disfraz con la cabeza alta. Que se te ven los hilos sueltos. Barato, barato que lo has comprado y se nota.
Ni metáforas bonitas ni versos fluidos, te lo digo a lo bruto si es la única manera de que entiendas.
¿Te estás cabreando?
Bien, ya tengo tu atención.
Te veo caminando con problemas.
Ten cuidado no te caigas con esos tacones, será que te quedan grandes.
Devuélvemelos, gracias.
Estos pasos no están hechos para ti.
Tengo la piel de aluminio por ello resisto al frío. ¿Tú no? Vaya, ya vas mal. Yo soy de diciembre a febrero.
Tampoco me oxido, no puedo decir lo mismo de ti, que ya me tienes aburrida.
Te pongo un punto, no final, de momento.